Mi rincón es acogedor,
en él se puede pensar,
llorar, e incluso escuchar
los sueños en silencio.
Mi rincón está solitario,
a él le gusta estar solo,
y a mí estar sola
acogida en él.
Mi rincón me comprende,
me cuenta sus secretos
y yo le cuento los míos,
y ninguno dice nada.
En mi rincón pienso,
lloro, recuerdo, sueño…
mi rincón es mi otra casa,
por eso mi rincón es...
mi rincón.
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